jueves, 27 de agosto de 2009

Regalo para el amigo Arcendo

No tengo que decir mucho de él, pues los que están por estos lares le conocen y admiran tanto como yo. Hoy le dedico este vídeo porque creo que así es como él le habla a Dios muchas veces....




domingo, 23 de agosto de 2009

Tú tienes palabras de vida eterna....


Hoy termina la serie de lecturas que en en estos domingos nos hablaban de la llamada de Dios y la respuesta de los llamados. Así leímos de la llamada a Amós (Amós 7, 12-15); la llamada a los pastores que no cuidaban bien a las ovejas (Jeremías 25, 1-6); la confianza de Eliseo en el Señor (II Reyes 4, 42-44); las protestas contra Moisés de los israelitas que no entendían las penurias por las que pasaban (Éxodo 16, 2-4, 12-15), e incluso, las dudas del propio Moisés; la travesía de Elías por desierto (I Reyes 19, 4-8). Todas estas lecturas del Antiguo Testamento fueron acompañadas de las lecciones de Jesús a los discípulos y a los que le rodeaban en su caminar.

Por eso hemos visto cómo respondían estas personas ante la llamada de Dios: unos cerraron ojos y oídos, otros respondieron con miedo, otros, una vez que dieron los primeros pasos, se alejaron; pero todas las preguntas y respuestas fueron hechas de nuevo por Jesús, a la luz de otra realidad: Dios mismo manda a su hijo para interpelar a los hombres de todas las épocas.

Y hemos visto hoy, en esta última lectura, cómo Jesús le pregunta directamente a los discípulos cuál va a ser su siguiente paso. Creo que esa es la pregunta que nos hace diariamente a cada uno de los que nos llamamos cristianos: ¿cómo vamos a responderle?.

La fe es eso: la respuesta del hombre ante Dios, y tiene muchas formas de manifestarse en nosotros, hay muchos carismas, pues hay muchos dones, sólo tenemos que estar dispuestos a ponerlos al servicio de Dios y del prójimo.

Creo que ese es el gran desafío de nuestra vida: saber que tenemos algo que Dios quiere y querer darlo de corazón. Y darnos en todos los momentos: los buenos y los malos; aprender de todos aquellos que nos precedieron y seguirles las huellas. Saber que no somos perfectos, pero tener la seguridad de la misericordia divina.

¡Ojalá siempre podamos responder como Pedro ante la llamada del Señor!

domingo, 16 de agosto de 2009

En la Asunción de la Virgen.



Tú eres la estrella de mi noche oscura,

salud para mi enfermo corazón,

refugio de mi humana perdición,

consuelo en mi terrena desventura,


auxilio celestial en mi locura,

la Reina intercesora del perdón,

la Madre acogedora en mi aflicción,

la Virgen medianera de ventura.


¡Salve, Señora, incólume María!,

templo de la divina Trinidad,

sagrario de Jesús Eucaristía.


Asunta al cielo en venturoso día,

coronada de eterna majestad,

eres el brillo que hacia el Sol me guía.

Emma Margarita R. A-Valdés.
Magníficat, Agosto 2009.

Sobre la Eucaristía.

"Al que comulga bien le sucede como lo que a la barra de hierro que se mete en la fragua: que se convierte en fuego.; sí, así mismo queda endiosada el alma que comulga bien: el fuego al hierrole quita la escoria, la frialdad natural,, la dureza, y lo pone tan blando que lo llega a derretir , y se amolda al gusto del artífice".

San Antonio María Claret.

CADA DOMINGO PAN Y VINO

Este escrito tan lindo me lo envió un cura amigo, que como muchos domingos me pasa meditaciones y pps para que me ayuden a crecer en mi vida cristiana. Hoy lo quiero compartir con todos, pues me parece muy esclarecedor:

CADA DOMINGO.

La eucaristía no es sólo el centro de la liturgia cristiana. Es, además y por eso mismo, la experiencia que, vivida domingo tras domingo, puede alimentar las grandes actitudes que configuran la vida de un cristiano. El que come y bebe en esa cena, alimenta su vida de discípulo fiel de Cristo.

En primer lugar, la eucaristía es acción de gracias a Dios por la vida y por la salvación que nos ofrece en su Hijo Jesucristo. Las palabras de acción de gracias, la estructura de todo el conjunto, el tono de toda la celebración contribuyen a vivir una experiencia intensa de alabanza y agradecimiento a Dios que no debe reducirse a ese momento cultual. La vida cotidiana de un cristiano ha de estar marcada por la acción de gracias.

La eucaristía es, además, comunión con Cristo resucitado. Jesús no es una figura del pasado, alguien cada vez más lejano en el tiempo, sino el Señor de todos los tiempos que permanece vivo entre los suyos. No somos seguidores de un gran líder del pasado. La eucaristía nos enseña a vivir en comunión con un Cristo actual, acogiendo realmente hoy su Espíritu y fuerza renovadora.

La eucaristía es también escucha de las palabras de Jesús que son «espíritu y vida». Para un discípulo de Cristo, el evangelio no es un mero testamento literario o un texto fundacional. En la eucaristía nos reunimos para escuchar la palabra viva de Jesús que ilumina nuestra experiencia humana de hoy. Esa acción dominical nos invita a no vivir como ciegos, sin evangelio ni luz alguna. El cristiano vive alimentado por la Palabra de Jesús.

La eucaristía es un acto comunitario por excelencia. Todos los domingos, los cristianos dejan sus hogares, se reúnen en una iglesia y forman comunidad visible de seguidores de Jesús. Todas las oraciones de la eucaristía se dicen en plural: invocamos, pedimos perdón, ofrecemos, damos gracias... siempre juntos. Lo textos dicen que somos «tu familia», «tu pueblo» «tu Iglesia». No se nos debería olvidar. Los cristianos no somos individuos aislados que, cada uno por su cuenta, tratan de vivir el evangelio. Formamos una comunidad que quiere ser en el mundo testimonio e invitación a vivir de manera fraterna y solidaria.

Ser cristiano no consiste en ir a misa. Pero quien vive de verdad la misa se va a haciendo cristiano.

PAN Y VINO

Empobreceríamos gravemente el contenido de la Eucaristía, si olvidáramos que en ella hemos de encontrar los creyentes el alimento que ha de nutrir nuestra existencia.

Es cierto que la Eucaristía es una comida compartida por hermanos que se sienten unidos en una misma fe. Pero, aun siendo muy importante esta comunión fraterna, es todavía insuficiente, ya que lo decisivo es la unión con Cristo que se nos da como alimento.

Algo semejante hemos de decir de la presencia de Cristo en la Eucaristía. Se ha subrayado y con razón esta presencia sacramental de Cristo en el pan y el vino, pero Cristo no está ahí por estar; está presente ofreciéndose como alimento que sostiene nuestra vida.

Si queremos redescubrir el hondo significado de la Eucaristía, hemos de recuperar el simbolismo básico del pan y del vino. Para subsistir, el hombre necesita comer y beber. Y este simple hecho, a veces tan olvidado en las sociedades satisfechas del Primer Mundo, nos revela que el hombre no se fundamenta a sí mismo sino que vive recibiendo misteriosamente la vida.

La sociedad contemporánea está perdiendo capacidad para descubrir el significado de los gestos básicos del ser humano. Sin embargo, son estos gestos sencillos y originarios los que nos devuelven a nuestra verdadera condición de criaturas, que reciben la vida como regalo de Dios.

Concretamente, el pan es el símbolo elocuente que condensa en sí mismo todo lo que significa para el hombre la comida y el alimento. Por eso, el pan ha sido venerado en muchas culturas de manera casi sagrada. Todavía recordará más de uno cómo nuestras madres nos lo hacían besar cuando, por descuido, caía al suelo algún trozo.

Pero, desde que nos llega de la tierra hasta la mesa, el pan necesita ser trabajado por el hombre que siembra, abona el terreno, siega y recoge las espigas, muele el trigo, cuece la harina. El vino supone un proceso todavía más complejo en su elaboración.Por eso, cuando se presenta el pan y el vino sobre el altar, se dice que son "fruto de la tierra y del trabajo del hombre" . Por una parte, son "fruto de la tierra" y nos recuerdan que el mundo y nosotros mismos somos un don misterioso que ha surgido de las manos del Creador. Por otra parte, son "fruto del trabajo" y significan lo que los hombres hacemos y construimos con nuestro esfuerzo solidario.

Ese pan y ese vino se convertirán para los creyentes en "pan de vida" y "cáliz de salvación". Ahí encontramos los cristianos esa "verdadera comida" y "verdadera bebida" que nos dice Jesús. Una comida y una bebida que alimentan nuestra vida sobre la tierra, nos invitan a trabajarla y mejorarla, y nos sostienen mientras caminamos hacia la vida eterna.

lunes, 10 de agosto de 2009

Problemas en la Iglesia


Pasando por blogs amigos (y por otros que no lo son tanto, pero que leo frecuentemente) me encuentro con muchos escritos acerca del problema del homosexualismo, la pederastia, los curas con hijos o con relaciones, sin respetar el celibato ni la moral que, se sobreentiende, ellos deberían contribuir a cuidar.

Se me hace difícil hablar del tema pues, como he dicho en muchas ocasiones, conozco muchos curas a los cuales no me imagino en ninguno de esos supuestos. La verdasd es que me duele que se hable de esos temas, sobre todo desde blogs católicos, sin antes haberlo discutido con su párroco o guía espiritual, pero creo también que no debemos meter la cabeza en un hueco, cual avestruz cobarde, para no ver ni oír las cosas de las que se habla por todas las tertulias, foros y comentarios de blogs de internet.

Entiendo que hay muchas teorías (provenientes, en su mayor parte, desde círculos no católicos, pero sí cristianos) que dicen que los curas o ministros de Dios deberían casarse siempre, para así saber cómo es la familia y cuál es su papel en el Plan de Dios. Modestamente y, a pesar de las críticas que se me han hecho en muchas ocasiones, mi idea es que el celibato es necesario por una simple razón: los carismas del Espíritu son innumerables y para poder servir a los demás, no puedes tener trabas familiares que te lastren y te aparten de la idea principal, que es servir a Dios y al prójimo sin dejarte nada para ti.

Entiendo que muchos no me comprendan; pero si esto sucede en muchas profesiones, con mayor razón sucede entre aquellos que quieren servir al Señor plenamente.

En Cuba conocí muchos hijos de Ministros o Pastores que acababan desviándose de la religión porque no veían a sus padres como tal: siempre estaban preocupándose por otros y al final, los de casa "se le iban de las manos". Se que no se puede generalizar, pero de ese mismo modo, no se puede decir que todos los curas son pederastas o "puteros" (se que es una frase muy fea; pero que he escuchado más frecuentemente de lo que se podría pensar, en Andalucía).

Después están los problemas: por una parte, curas que quieren ser más progres que los mismos progres y por otra, curas homosexuales que llevan una doble vida. Esto podría crear un clima de inestabilidad y dudas que no sería bueno para la Iglesia. Partiendo siempre de la base de que todos somos Iglesia.

El problema es que, si el Papa los pilla y les pone una sanción, allá van los listos que no creen ni en su madre y dicen que es un retrógrado; si les perdona bajo el compromiso de no pecar, van esos mismos listillos y le dicen que es un permisivo y que "tapa" a "sus curas".

Pienso que lo importante es no consentir manifestaciones inapropiadas. A ningún cura lo obligan a dedicarse a Dios: se sobreentiende que es una llamada personal y especial. Pero también podrían ser más cuidadosos a la hora de escogerles. Para eso se pasan bastante tiempo en un seminario: los superiores no son ciegos. Hay muchas formas de saber si una persona es amanerada y con pajaritos volándo por la cabeza o si es un homosexual en toda regla.

Pero duele que se aireen los trapos sucios de la curia públicamente, pues eso desacredita a todos aquellos que no lo son, a los que luchan por la vida, por la justicia y por llevar la Palabra a todos los rincones de la tierra. Creo que los laicos comprometidos, deberíamos escribirle al Papa y plantearle el problema sin tapujos, antes de comentarlos en los foros y medios de comunicación.

Tenemos problemas y hay que resolverlos: Jesús vino al mundo a traer la paz y la concordia, la reconciliación y la felicidad y fundó la Iglesia a partir de 11 hombres que , no creo que fueran perfectos en sí, sólo que tenían un ansia de Dios y de amor tan grande que les hizo seguirle como discípulos. Pero si vamos a dar crédito a las palabras de San Pedro y San Pablo, en sus cartas se habla de la "limpieza del alma y el cuerpo", pues éste es "templo de Dios" y no debe ser profanado. Los que dedican su vida a Dios son los que deben enseñarnnos cómo hacerlo, por tanto son los espejos donde debemos mirarnos.

Por eso espero que, en este Año Sacerdotal, desde nuestros párrocos al Papa Benedicto XVI, tomen conciencia de la situación se se sienten a pensar y saquen conclusiones (que significan acciones) para enmendar estos problemas que tanto afectan a nuestra Iglesia. Estoy segura de que los laicos arrimaremos el hombro para ayudar.

Gracias por escuchar mi opinión y que Dios nos de la sabiduría necesaria para ser mejores cristianos cada día.



Todos somos pecadores, pero la misericordia de Dios es eterna.

sábado, 8 de agosto de 2009

Todo por la vida.





He encontrado un nuevo modo de dar utilidad a las horas en que trabajo menos o no tengo actividades: ¡me voy a hacer activista por la vida!.

¿Y cómo es eso?, se preguntarán; pues muy simple: me he metido en la página de Hazte Oir y he comprado material de propaganda. Con ese dinero contribuyo a la causa y, a la vez, me brinda la oportunidad de darle publicidad a la campaña por la vida que lleva a cabo, tenazmente, esa organización.

Hay muchos productos para hablarle a la gente del tema: desde pegatinas, carteles, chapas, hasta productos más personales, como tazas, camisetas, paraguas, que , al llevarlos contigo, muestran la alegría por el compromiso hacia la vida.

Así que desde ya les exorto a que se acerquen y vean la página que tiene además, una amplia agenda de actividades. Se puede contribuir de muchas formas y esta es una de ellas.

Que el mundo sepa claramente que le están engañando aquellos que dicen que "un feto de 12 semanas es un ser vivo, pero no es humano". Para quien no lo sepa aún: esa frase es original de Adolfo Hitler (supongo que se la pusieron por delante a la pobre Aído y ni siquiera la leyó dos veces, la pobre). La sociedad actual, inmersa en el relativismo de todo tipo, quiere hacernos creer que está bien matar a los no nacidos, regalar la píldora del día después sin control a cualquiera que la pida (sin pensar en las consecuencias nocivas de ese medicamento sobre la fertilidad posterior o la salud en general), mantener relaciones sexuales desenfrenadas, sin amor ni compromisos. Esa es la gran mentira que, lo único que está logrando "en positivo" es rellenar los bolsillos de los doctores muerte que practican el aborto sin problemas de conciencia.

Todos somos humanos y viviremos hasta que Dios quiera, así que ¡a luchar por el derecho a vivir!

viernes, 7 de agosto de 2009

Llévame, Señor, a tu orilla...


Cuando se cierra el mercado y todos vuelven, entre el crepúsculo,

a sus casas, me siento al camino, a verte, Señor, pasar en tu barca,

que va cruzando el agua oscura, con el rayo de poniente en la vela.

Miro tu figura silenciosa en pie, en el timón,

y de repente, cojo tus ojos mirándome y dejo de cantar;

y te llamo, que me lleves a la otra orilla.



Rabindranaz Tagore.

Todos somos hermanos...


Llevaba dos días triste, pensando en esas noticias que leo en los periódicos, que escucho en la radio o veo en las noticias: las guerras separan a pueblos enteros, el odio mata a muchos diariamente.
En Pakistán están masacrando a muchos cristianos, sólo por tener otra fe. En un país de África, de cuyo nombre no me acuerdo, matan a una aldea entera otros hombres, aldeanos como ellos, por rencillas étnicas y religiosas. En la India aparece muerto un sacerdote. En Osetia del Norte los rusos y los osetios siguen lanzándose "pullas" y cohetes. En Israel no acaban de encontrar un idioma que les hermane, a pesar de que son todos hijos de Abraham y hablan una misma lengua. En Cuba ya la pobreza marca sin compasión a muchas familias.

Pues sí, el mundo está muy revuelto....y encima, cuado menos te lo esperas, llega una enfermedad que se convierte en pandemia en menos de 4 meses.

Nada, que estamos abocados al fracaso (podríamos pensar después de esto). Si hubiésemos sido un experimento de Dios ¡qué decepcionante para Él ver a sus creaturas de esa guisa!
¡Gracias a Dios que estamos aquí para vivir abundantemente! Pues esa promesa es la que nos sostiene cuando todo está tan feo alrededor. No importa que la vida sea difícil, que hayan hombres malos, que la gente se vuelva loca de repente y salga a matar la esperanza: nosotros vivimops de esa esperanza. Somos hijos de un Dios grande y misericordioso, que nos levanta cuando caemos y nos regaña cuando nos equivocamos; pero que siempre nos apoya cuando le buscamos con el corazón abierto al amor.

Por esa razón traigo esta canción de un paisano, Owaldo Payá, que lucha dentro de Cuba por los derechos humanos y las libertades, que busca el cambio pacífico y democrático desde hace mucho tiempo, sin desmayos ni cansancios. Se escucha muy bajito, pero la letra es preciosa, espero que lo disfruten.
Esta canción es un ejemplo de cómo el amor de Dios debe servir para unir, no para separar a los pueblos. Y me ha devuelto la alegría en cuanto la escuché por lo que doy gracias al autor y al Señor por inspirarla.




lunes, 3 de agosto de 2009

Los panes y los peces.



En este Ciclo B de lecturas, estamos leyendo al evangelista Marcos, pero vamos a tener un pequeño paréntesis y leeremos el Evangelio de Juan; el milagro grandísimo de la multiplicación de los panes y los peces. Jesús, en un principio, nos pregunta ¿cómo vamos a dar de comer a tanta gente?, pues es una pregunta hecha a todos, no sólo a los discípulos presentes en aquel momento y lugar.

Siempre que leo esta frase imagino a Jesús sonriendo un poco pícaramente, pues Él sabía cómo lo haría y, no obstante, pregunta cómo. Creo que ese milagro no sólo nos habla de la Eucaristía, de Dios, de Jesús: ese milagro fue hecho para hablarnos de nosotros mismos. ¿Qué hacemos para paliar el hambre de otros? De los que sabemos que, si no les ayudamos, no comerán.
Y tiene dos dimensiones ese hambre: el hambre física, de estómago, y el hambre espiritual, de Dios.

Somos pequeños, transparentes a los ojos de Dios, con muchos defectos y, sin embargo, nos da una misión en esta vida: amar desmedidamente (La medida del amor, es amar sin medida, San Agustín), darnos el pan, la paz, la comprensión los unos a los otros, para poder permanecer en Dios y Él en nosotros y contarnos entre los que, un día, se sienten en la mesa del Padre.