Si el agua mansa, callada,
que gotea de la fuente,
con su labor insistente,
hasta las peñas horada
¿qué no podrá la oración
del que sufre, ama y espera,
al derramarse en la hoguera
del Divino Corazón?.
Dulce Jesús, que no dejas
sin consuelo algún dolor;
Tú que eres el buen pastor
que muere por sus ovejas,
cuando mis ojos la muerte
ciegue al fin de la carrera,
hazme la gracia que muera
con la esperanza de verte.
Ramón Mª Vinuesa, s j.
Marisela:
ResponderEliminarQue linda oración has compartido con nosotros tus lectores. Muchas gracias.
Espero hayas tenido un lindo fin de semana junto a los tuyos. Desde la distancia, un abrazo y muchas bendiciones para ti.