Cada mañana sales al balcón
y oteas el horizonte
por ver si vuelvo.
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.
Cada mañana me cortas la palabra
y te abalanzas sobre mí;
me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.
Cada mañana contratas una banda de músicos
y organizas una fiesta para mí
por el ancho mundo.
Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
hoy puedes empezar de cero.
Patxi Loidi
Magníficat, octubre 2009.
Así debemos sentirnos los cristianos: cada mañana Dios nos da una oportunidad para cambiar lo malo que hay en nuestras vidas y empezar de nuevo. Cada mañana podemos renovar el amor, la fe, la caridad; podemos vivir de modo diferente, sin lastres ni dolores. Porque el pecado "no tiene sustancia real, sólo puede ser conocido por el sufrimiento que causa, y ese mismo dolor es pasajero. Y mientras dura el dolor, debemos consolarnos en el sufrimiento del Señor" (Juliana de Norwich). Para eso entregó Jesús su corazón: para lavar nuestras culpas y saldar nuestras deudas. Hoy es un buen día para meditar en ello.
1 comentario:
Gracias,Marisela, por recordar cual debe ser nuestra actitud y ánimo cada mañana cuando despunta el sol:tener la oportunidad mediante la renovación del amor, la fe y la caridad con el prójimo, de estar cerca y sentir a Dios dentro de nosotros.
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