martes, 6 de marzo de 2012

Cuaresma desde otra dimensión...

Ya hace algunos años, comenzando la Cuaresma, empecé los Ejercicios Espirituales en la Vida Diaria (EEVD), basado en los EE de S. Ignacio, acompañada por el P. Casasnovas, del APOR Mallorca. Fue algo que no había experimentado anteriormente y tuvieron una duración de casi un año. Este fin de semana pasado estuve en El Puerto de Santa María para hacer unos EE cortos, porque se hacen cortos cuando llega la hora partir, pero muy intensos y enriquecedores. Los convocó la Asociación Católica de Propagandistas, ACdP, y fueron impartidos por el P. Manuel Orta (para los que escuchan Radio María sabrán que es el que habla desde Sevilla en el programa Palabra y Vida) que es un sacerdote muy espiritual, con un conocimiento muy amplio de la fe y con una cultura digna de admiración. 
Hemos estado desgranando los Salmos a la luz de los EE y ha sido una experiencia tremenda para mi y creo que para todos los participantes pues ha diseccionado pacientemente cada estrofa leída, con profundidad y paciencia, de forma tal que descubrimos facetas antes no vistas. Como casi todos los retiros, estos fueron en silencio, individuales y personales, pero en realidad, sintiendo que mi alrededor estaba lleno de hermanos pensando y sintiendo como yo. Es de una alegría que no se puede describir con palabras: saber que estás en sintonía con tantas personas que tratan de seguir el Camino, que tratan de ser discípulos de Jesús, que buscan a Dios como uno...en fin, no se puede llevar al lenguaje común.
Y mucha gente piensa que los ejercicios espirituales sólo nutren el espíritu, pero no es así: el Espíritu sopla en ellos y te lleva a la acción, te mueve a hacer activamente aquello para lo que te ha llamado el Señor. Y así desde hoy estoy ayudando en el comedor de Cáritas, cosa que había pensado mucho tiempo atrás, pero no me decidía. Creo que es una experiencia necesaria en mi vida y que me llevará a ver más de cerca las necesidades de otros hombres. En esta Cuaresma quiero ver el rostro de Jesús en los rostros de los que no tiene pan ni trabajo ni un techo siquiera para vivir. Se que voy a aprender mucho  de ellos.