Prisionero de amor
que te quedaste en el
Sagrario,
mira en mis labios
el beso que quedó,
aquel que nunca salió.
Quieto, ante Ti mi
corazón palpita
tembloroso
y se expande
en ese beso que nunca dio.
Ámote, Señor,
con el amor
que Tú me diste,
el que sembraste
en mi alma
sin conocerte yo.
Y aquí estoy
ante tu celda
carcelera
que quiero ser
de tu Amor.
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