sábado, 7 de abril de 2012

Una Pascua ofrecida

 Bueno, es que al final, no puedo estar en Pueblo de Dios, pues fui el jueves y desde la vigilia me di cuenta de que estaba enfermando, dormí mal, creo que me dio febrícola y en la mañana, ya sabía que tendría que irme a casa en cuanto me fuera a buscar mi esposo. Y como Dios hace las cosas sabiendo y de forma que nada tenemos que hacer nosotros, he aquí que la niña de mis amigos se golpeó la cabeza, se abrió una buena brecha (que suturé en el lugar) y tuvimos que trasladarla a Huelva para hacer radiografía y mantenerla en observación 24 horas. Nada, que el Señor me quería en casa, recogida y en silencio. 
No deja de dolerme el perderme la Pascua de Resurrección, que allí se vive intensamente, rodeado de pueblo de Dios, sin dudas, entre cantos de alegría y ratos de meditación que son como un motos impulsor para continuar.
Pero desde ayer estoy en casa, con fiebres y un catarro que no lo salta la cabra de un gitano, pero en oración, meditación y ahora voy a aprovechar para ver una  película que hace rato tengo grabada sin ver: De dioses y de hombres, que habla de entrega, amor, fe y pasión en Jesús. 
Hay hombres que andan vagando por el mundo, ciegos y desorientados, sin saber que Dios nos regaló lo más grande que tenía, su propio Hijo. Y en ese andar ciegos necesitan de hermanos que les den una palabra de aliento y de esperanza y esos hermanos somos nosotros. Tenemos el deber cristiano de orar por la salvación de todos, no importa que no lo sepan, que no nos escuchen, que nos apedreen, nos lastimen o nos maten: nosotros oraremos porque Jesús vino a salvarnos a todos un día y otro día, Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.



Hoy estamos junto a la cruz, llorando con María...mañana estaremos alegres al verle resucitado.

1 comentario:

Angelo dijo...

No es un sueño ni una ilusión. Se ha abierto para nosotros la fuente de la vida.Con la luz de la Pascua, los discípulos comprendieron quién era realmente Jesús.
Jesús, el Viviente, se hace presente en nuestra vida de un modo nuevo
Aleluya. Cristo ha resucitado. ¡Él es nuestra vida!
Un abrazo