Creo que este aviso fue dado especialmente a sus discípulas y compañeras...para que no se salieran del plato. Yo me guío en estos casos por S. Juan Bosco: hay que ser alegres. Transmitir nuestra fe con alegría, no importa el momento ni la persona que hay delante. Y creo que en estos tiempos, también me gustan mucho las monjas que saben apreciar un buen chiste y reirse a mandíbula batiente.
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