domingo, 21 de junio de 2009

Ofrezcamos el dolor al Señor

No había podido escribir sobre el asesinato de Eduardo Puelles porque el corazón se me encogía y los dedos se negaban a teclear la nefasta verdad: ETA aún tiene capacidad para matar. Esos asesinos desalmados, que se escudan tras unas reivindicaciones estúpidas que no tienen nada que ver con la verdadera catadura de su ser, golpean al pueblo en donde más le duele: en la vida de sus hijos. Parece que esta gente no sabe que la vida es un don y nada ni nadie justifica el que se le quite a una persona joven, llena de vida, que deja una familia destrozada.
Pero como estamos en el mes del Sagrado Corazón he ofrecido mi dolor y el de todos los españoles que lo sientan, al Señor, para que le reciba en su Misericordia y reconforte a la familia que deja atrás.
Creo que, hoy más que nunca, me siento al lado de los vascos que defienden la libertad de decidir su destino siendo parte fundamental dentro de ese crisol que es España. Todos somos hijos de Dios e iguales ante sus ojos ¿por qué entonces no podemos vivir unidos en paz?.
Se que mucha gente pensará que son simples e infantiles mis argumentos; no importa, el caso es que los analicen: España es una unidad y eso no se puede borrar ni con ráfagas de ametralladoras, ni con bombas lapa, ni con tiros en la nuca y, por supuesto, mucho menos con el miedo. El pueblo vasco, ese pueblo que sufre y sale a la calle cada vez que muere uno de sus hijos, no se dejará amilanar por nada.
España está consagrada al Corazón de Jesús: en sus llagas pondremos nuestras llagas y juraremos defenderla de sus enemigos. Y los enemigos de España son los mismos que los del pueblo vasco. Esa es la verdad que aún hoy, no quieren ver algunos. Pero nuestro Dios no nos abandona en estos momentos y con la fuerza de la verdad y la ayuda del Espíritu los hombres se reconciliarán y caminarán juntos por nuevos senderos.
Descansa en paz, hermano, que tu muerte no es el final y dará frutos....



5 comentarios:

Raquel YG-I dijo...

Querida amiga, viendo, el otro día, el homenaje que hicieron a Eduardo Puelles, me quedé impresionada con la fortaleza e integridad de su viuda, la cual afirmaba que estos asesinos miserables no la verían llorar, ni a sus hijos tampoco y, así lo hicieron. Sus palabras fueron un tremendo ejemplo de valentía que dejó atónitos a muchos, especialmente a los miembros de las autoridades gubernamentales que allí estaban y el fervor del aplauso del pueblo fue fascinante. Un beso Marisela.

ARCENDO dijo...

D.e.p.
BESOS.

P. Enrique dijo...

Que lamentable noticia, la violencia está en todas partes, aquí en mi país mueren a diario por causa de la delicuencia entre 15 a 20 personas diariamente, es una cosa espantosa.Me ha gustado y fortalecido mucho la perspectiva que le da a esta muerte, una perspectiva verdadera y cristiana. Siempre he dicho que nuestra fe en la Vida Eterna no es un premio de consuelo para el ser humano, el cual viéndose sin capacidad para evitar la muerte, piensa o comienza a creer en un cielo en el que seguimos vivos y de modo feliz, pero todo eso despúes de ver de que ya no se pudo hacer más, y ni modo, hay que creer en esto para consolarnos un poco con esa idea como premio de consuelo.
NOOOO, NUESTRA FE EN EL CIELO NO ES NINGÍN PREMIO DE CONSUELO, ES EL PREMIO MAYOR, ES LO QUE REALMENTE OCURRE CUANDO ACEPTAMOS EL AMOR DE DIOS.PUES QUIEN AMA NO MUERE.

Magicomundodecolores dijo...

Sí, es triste ver morir a una persona así, pero nosotros sabemos que el Señor misericordioso lo acogerá en su seno.

Arcendo: el vídeo es tuyo, gracias por prestármelo.

Raquel: los asesinos no saben que la fuerza del Espíritu no se puede medir, estoy segura que esa familia está unida en su nombre, lograrán mantenerse firmes.

Enrique: la muerte inesperada y violenta siempre es un pecado mortal para el que lo comete, por eso confío en que Dios tiene misericordia con esas personas que mueren así y los lleva con Él.

Magicomundodecolores dijo...

Sí, es triste ver morir a una persona así, pero nosotros sabemos que el Señor misericordioso lo acogerá en su seno.

Arcendo: el vídeo es tuyo, gracias por prestármelo.

Raquel: los asesinos no saben que la fuerza del Espíritu no se puede medir, estoy segura que esa familia está unida en su nombre, lograrán mantenerse firmes.

Enrique: la muerte inesperada y violenta siempre es un pecado mortal para el que lo comete, por eso confío en que Dios tiene misericordia con esas personas que mueren así y los lleva con Él.