miércoles, 18 de noviembre de 2009

En la Eucaristía te siento, Señor.



Cuando estoy en la Eucaristía y me arrodillo mientras el sacerdote está consagrando la Sagrada Forma , pienso solamente en pedirte que te quedes y me transformes, me cuides y sostengas, me perdones las faltas que cometo a lo largo del día y me acompañes enla noche. Hoy te decía (en esa fórmula que me inventé hace mucho, pero que voy alargando cada día más): "Señor mío y Dios mío, Dio y hombre verdadero, permite a este humilde cuerpo ser templo de tu cuerpo y haz que tu sangre corra por mis venas. Límpiame de todos los pecados anteriores y no dejes que vuelva a pecar. Renueva en mí la fe cada día, cada minuto, en cada situación, para que nunca baje la guardia y para que nunca se apague mi vela. Yo estoy esperándote hoy y quiero estar lista todos los días de mi vida. No permitas que los errores que pueda cometer me aparten de ti, dame tu mano y no la sueltes nunca. Te lo pido por tu Santísima Madre, amén".

3 comentarios:

Mar dijo...

Yo en ese momento rezo:
"Padre eterno te ofrezco la preciosisima Sangre de vuestro divino Hijo Jesus, junto a las misas que se celebran en todo el mundo hoy, por todas las almas del Purgatorio, por los pecadores en todas partes, por los pecadores en la Iglesia universal, lo de mi hogar y dentro de mi familia. Amén"

Tu oración es muy bonita

Anónimo dijo...

Para mi, querida Marisela, la EUCARISTIA nos remite directamente a ÉL...SU TRANSFIGURACIÓN EN SU CUERPO Y SANGRE, SU RESURRECCION COMO VIVO Y PRESENTE ALLÍ...SU PRESENCIA EN NUESTRA CONCIENCIA...


Gracias por compartir ese ENCUENTRO INTIMO con JESÚS, hermana.

Un Abrazo!

Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com

Magicomundodecolores dijo...

¡Qué hermoso es este Jesús que se convierte en pan y vino para que nosotros nos alimentemos de Él y tengamos vida etrna en abundacia!
Me alegra ver que lo íntimo de nuestra alma sirve para compartir nuestra fe, por eso escribo este blog.
Un abrazo, hermanas mías en Cristo Jesús.