sábado, 7 de noviembre de 2009

¡La vida siempre triunfa!






Hoy ha nacido, en la clínica donde trabajo una niña preciosa. Pero no es su belleza lo que me ha hecho subir a verle: quería contemplar un milagro de Dios. La madre es joven y ha pasado por una grave enfermedad (leucemia, para más señas), ha hecho un tratamiento muy fuerte y le dijeron que no podría tener familia. Pero la vida que siembra Dios en sus hijos es fuerte y tenaz, no se arredra ante nada y después de un tiempo, le ha mandado un embarazo muy deseado por el matrimonio. Han surgido obstáculos en el camino: muchos médicos les aconsejaron que abortara, pero ellos no se amilanaron y dijeron que era un regalo de Dios que no podían rechazar.
Han dicho un SI a la vida muy grande.
Y hoy ha nacido esa niña preciosa, con sus deditos de muñequita de porcelana y su pelito negro y ondeado. Y ahora está pegada al pecho de su madre, recogiendo la savia de su vida.
Espero que la vida le depare muchas alegrías y sonría mucho y crezca felíz. Así se lo he pedido al Señor.


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