El sábado día 8 hizo la Primera Comunión mi sobrino Florencio (él prefiere que le llamen Florencito porque dice que ese nombre es de viejo jejeje) la alegría nos inundaba a ambos, pues llevaba varios meses en la catequesis y asistiendo a la misa de domingo conmigo y siempre me preguntaba ¿cuándo podré tener al Señor?. Era la impaciencia de la juventud que se prepara para un acto inolvidable. Y así fue, para él y para mí.
En su caso es un acto muy conciente y maduro, pues ya tiene 13 años y por circunstancias de la vida, no pudo hacerla con sus compañeros de curso. Ahora lleva año y medio viviendo conmigo y ha experimentado la dicha de la participación en actividades de los grupos juveniles de Cursillos de Cristiandad, de los grupos de Cáritas, que se esfuerzan en enseñarles a compartir y ayudar a los demás. Ha madurado en la fe, casi sin darse cuenta y yo me alegro por él.
Así que ahí van algunas fotos, de las que sacamos con la cámara "casera":
Aquí ya había comulgado, se le nota la carita de alegría.
Esta se la hizo al día siguente con el padre José Antonio, cura de nuestra Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, que le quiere mucho y dice que es "una luz en nuetra casa". Epero fervientemente que así sea.
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