domingo, 23 de mayo de 2010

¡Manda Señor, tu Espiritu Divino!


VEN, ESPÍRITU DE AMOR Y DE PAZ!

Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma,
muéstranos el sentido profundo del gran jubileo
y prepara nuestro espíritu para celebrarlo con fe,
en la esperanza que no defrauda,
en la caridad que no espera recompensa.
Espíritu de Verdad, que conoces las profundidades de Dios,
memoria y profecía de la Iglesia,
dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret
el Señor de la gloria, el Salvador del mundo,
la culminación de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu Creador, misterioso Artífice del Reino,
guía la Iglesia con la fuerza de tus santos Dones
para cruzar con valentía el umbral del nuevo milenio
y llevar a las generaciones venideras
la luz de la Palabra que salva.
Espíritu de Santidad, Aliento Divino que mueve el universo,
ven y renueva la faz de la tierra.
Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad,
para ser verdaderamente en el mundo
signo e instrumentode la íntima unión con Dios
y de la unidad del género humano.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu de Comunión, Alma y Sostén de la Iglesia,
haz que la riqueza de los carismas y ministerios
contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo,
y que los laicos, los consagrados y los ministros ordenados
colaboren juntos en la edificación del único Reino de Dios.
Espíritu de Consuelo, Fuente inagotable de gozo y de paz,
suscita solidaridad para con los necesitados,
da a los enfermos el aliento necesario,
infunde confianza y esperanza en los que sufren,
acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu de Sabiduría, que iluminas la mente y el corazón,
orienta el camino de la ciencia y de la técnicaal servicio de la vida,
de la justicia y de la paz.
Haz fecundo el diálogo con los miembros de otras religiones,
y que las diversas culturas se abran a los valores del Evangelio.
Espíritu de Vida, por el cual el Verbo se hizo carne
en el seno de la Virgen, Mujer del silencio y de la escucha,
haznos dóciles a las muestras de Tu Amor
y siempre dispuestos a acoger los signos de los tiempos
que Tú pones en el curso de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
A Ti, Espíritu de Amor,junto con el Padre Omnipotentey el Hijo Unigénito,
alabanza, honor y gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
Juan Pablo II

Oración compuesta con ocasión del 2do. año del preparación al Jubileo del año 2000 dedicado al Espíritu Santo.

2 comentarios:

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Marisela, muy Feliz y pleno día de Pentecostés!
Esta oración de Juan Pablo II es tan maravillosa que no basta con leerla una vez; hay que irla rumiando de a poco, con el mismo silencio orante de María.
Un abrazo
Paz y Bien
Ricardo

ARCENDO dijo...

Marisela, llego tarde para desearte feliz dia, por eso... te deseo FELIZ VIDA CON EL SANTO ESPÍRITU DE DIOS.
No hace falta que te disculpes por tus ausencias, se entienden y se disculpan por sí solas. Claro que no dejamos por ello, de querernos, ni de REZAR unos por otros, TODOS LOS DIAS.
UN BESAZO GUAPÍSIMA.