sábado, 1 de mayo de 2010

Primero de Mayo, Día del Trabajo


Hoy debemos alegrarnos los que tenemos trabajo y rezar por aquellos que no lo tienen. Hoy es un día en el que debemos mirar hacia atrás y recordar a aquellos que pasaron sus vidas luchando abiertamente o callados desde su puesto para que nosotros disfrutemos sus logros, cosa que muchos de ellos no pudieron hacer.
Pero hoy ponemos los cristianos nuestros ojos en el trabajador callado y paciente que fue San José. Para mí es de memoria especial pues la Parroquia de Bahía Honda está dedicada a él y allí fue donde hice mi Primera Comunión y Confirmación y viví mis primeros pasos en la fe.
San José fue el marido ideal: paciente, comprensivo, protector y amoroso y, aunque de él se escribe poco en los Evangelios, podemos conocerle a través de Jesús, que recibió de su padre terreno la educación necesaria para enfrentarse a su vida pública.
Tengo un libro (fue de los primeros que me regaló el padre Bruno sdb) de Pensamientos de Santa Teresita del Niño Jesús en el que se describe cómo ella rezaba todos los días la Oración a San José para obtener la castidad. Y es que, leyendo la Biblia, vemos cómo el carpintero de Nazaret se comprometió con el Señor a cuidar de María, sabiendo que el hijo que esperaba no saldría de sus entrañas. Y creo que hay que ser muy valiente y tener una fe muy grande para aceptar una situación así.
El santo callado y valiente, así le llamo yo, y a él encomiendo los padres de familia en dificultades, a los hijos alejados de sus padres, a los trabajadores sacrificados en puestos de trabajo difíciles y poco gratos. Y encomiendo a los jóvenes de ambos sexos para que les de paciencia ante los desafíos de la vida.


5 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Rezar, querida Marisela, por todos aquellos que no tienen ese bien tan preciado que es el trabajo.
Rezar por todos aquellos que hacen cola en el INEM, que recurren a Cáritas, a las parroquias.
rezar por los que pasan hambre y necesidad, por los que rebuscan en los contenedores de basura algo que llevarse a la boca.
Un beso.

P. Enrique dijo...

EL TRABAJO, tanto malse hace cuando se abusa de él y cuando se desprovista de él. Dios lo ha dejado cómo algo que dignifica, mejor aún , que santifica, pero nuestro mundo no lo entiende así, y por eso se atropella y se atropella a otros por él y con él. En San José vemos el ejemplo de la verdadera estima y lugar del trabajo en la familia, pero también vemos la dignificación y buscador del bien común. Gracias por esta reflexión.

Desea agradecerle sus oraciones, me he dado cuenta que ha colocado mi pobre nombre en la lista que Angelo nos pide colocar para orar. No puedo más que agradecerle con mis humildes oraciones y ofreciendo las eucaristías que Dios me conceda celebrar para la salvación de todas las almas, gracias hermana Marisela. Dios y nuestra Madrecita le bendigan.

ARCENDO dijo...

Yo, como padre, también tengo mucho cariño y devoción por ese santo callado y valiente, que tanto nos enseñó con su vida. BESOS.

Angelina de Maria dijo...

HOLA MARISELA,BENDICIONES ...MUY LINDO TU RELATO Y ME GUSTAN ESAS PALABRAS SOBRE SAN JOSE, EL SANTO CASTO Y MUY VALIENTE.
QUE LA VIRGEN TE PROTEGA CON SU MANTO.
ABRAZOS DE ANGELINA DE MARIA.

alter-ego dijo...

Marisela,se que apenas hay tiempo para postear y se hace lo posible para que salga al menos un post.
No paremos de estar en búsqueda.