sábado, 3 de mayo de 2008

Acerca de la polémica de tener o no tener capellanes en los hospitales.

Es lastimoso ver la indiferencia social que crece día a día dentro de la sociedad española sobre estos temas en concreto. No se dan cuenta de que esas actitudes tipo avestruz son más parecidas a una bola de nieve bajando a toda velocidad y haciéndose cada vez mayor, hasta que nos atrape a todos y nos aplaste sin misericordia alguna. La experiencia que tengo por mi origen cubano es que, cuando los defensores del socialismo, comunismo y cualquier ismo de esos que dicen defender al pueblo, se toman tantas molestias para eliminar una actitud o una idea social o una tradición, sólo lo hacen guiados por los intereses más mezquinos. Así, al eliminar en Cuba la Religión, echando a los religiosos del país, nos quitaron la posibilidad de pensar de forma independiente; nos obligaron a vivir sin moral, sin delimitación del bien y el mal. Yo soy de esa generación que no veía con malos ojos el aborto, la promiscuidad era algo normal, la traición algo necesario, el endiosamiento de un individuo, posible. Por eso no me canso de repetir a todos los que puedo: no se duerman, no se amilanen, no dejen de denunciar lo mal hecho por este y cualquier gobierno que se empeñe en eliminar de la vida pública la religión como verdadero ideal de libertad. El hombre no puede vivir sin Dios, aunque no lo sepa o no lo reconozca. Aunque le de la espalda una y mil veces Dios está ahí, al alcance de la mano, dispuesto siempre a dar más de lo que recibe. Y como médico, quiero decirles que no es posible ser verdaderamente humano, verdaderamente médico, profesional, teniendo una idea preconcebida de la muerte. Estoy segura de que los que quieren negarle la posibilidad de reconciliarse con Dios a los enfermos es porque nunca lo han estado. Los que abogan por la eutanasia solo quieren jugar a ser dioses, y podrán jugar si se lo permitimos los cristianos. El médico que contempla la eutanasia como mejor alternativa, no merece estar a la cabecera de un enfermo.Por eso tenemos que alzar las voces y defender nuestras ideas sin complejos y sin medias tintas. Y los médicos que trabajan para el sistema que no se dejen arrollar por la bola de nieve, que no se vendan por un plato de lentejas o por 30 monedas de plata, que no vale la pena y hay muchos ejemplos en la historia de la humanidad de que es así. Gracias.

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