sábado, 6 de diciembre de 2008

La mies es abundante.






El Evangelio de hoy nos muestra un Jesús seguro de sus discípulos. Pues sólo una persona segura de sus seguidores habla así: "Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca".(Mateo 9,35-10,6-8).

Si miramos a nuestro alrededor podemos quedarnos dolidos e impactados por tanto problemas y sufrimientoss, por tantas guerras y desafíos de la naturaleza. Pero eso no nos quita a nosotros, los actuales discípulos, la esperanza en nuestros corazones. Sabemos que el mundo tiene sus pautas y problemas, pero nos corresponde a nosotros llevarle a ese mundo, la Buena Nueva. Porque tenemos fe en Dios, en su bondad y en su misericordia. Porque a pesar de las intrigas, las guerras abiertas o solapadas, la Iglesia se muestra, cada vez más, como un gran aglutinante de los hombres de buena voluntad. Con sus errores y fracasos, pero también con su alegría y solidaridad. En estos tiempos que corren, en los que se persigues sistemáticamente a los cristianos, observamos fenómenos paradógicos: ahora se afianza la fe en el que ya la tiene; pero además, se aceran más no creyentes a nuestra Iglesia.

Así pues seamos nosotros eso obreros que reclamaba Jesús:"La mies es abundante, pero los trabajadores pocos; rogad pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies".
Con la seguridad de que nos escucha, siempre pido por eso que mande muchos obreros a este campo. ¿Es árido e infértil? Ya lo sabemos, pero si seguimos cavando y cuidándolo, hallaremos el manantial y fructificará la siembra.
Juan Pablo II dijo una vez: "En efecto, ya sea en el mundo no cristiano como en las cristiandades antiguas, los pueblos tienen tendencia a acercarse progresivamente a los ideales y los valores evangélicos. Esta tendencia se ve favorecida por el esfuerzo de la Iglesia. Hoy se percibe entre los pueblos una nueva convergencia hacia estos valores: el rechazo de la violencia o la guerra, el respeto de la persona humana y de sus derechos, la sed de libertad, de justicia y de fraternidad, la tendencia a superar los racismos y los nacionalismos exacerbados, la afirmación de la dignidad de la mujer y su estima.La esperanza cristiana nos sostiene para comprometernos a fondo en la nueva evangelización y en la misión universal."
Que este sea nuestro Adviento misionero y demos luz donde hay sombras.







5 comentarios:

Flor-Clau dijo...

¡Hola Marisela! Soy Claudia, administradora del blog de Sta. Edith Stein. Gracias por haber dejado tu comentario y por quedarte con nosotras.

Me ha gustado mucho tu blog, asi que igual por aqui andaré visitandote.

Dios te bendiga

Claudia
México

Escalante dijo...

Excelente reflexión, me ha gustado mucho...Saludos!

alter-ego dijo...

Hola Marisela,vengo a desearte un feliz adviento.
No perdamos la fe.

Magicomundodecolores dijo...

Flor Claud: ya te expliqué que ese blog puede ser muy importante, pues E Stein es una santa poco conocida y creo que es un gran ejemplo de intelectual enamorada de Cristo, después de conocerle.

Roberto:sigue en esa línea, es importante ver puntos de vista.Y a mí me gusta mucho ESDA.

Querido Alter ego. siempre eres bienvenido por acá y feliz día a tí.

Outsider friar dijo...

Gracias por ese post de esperanza!