jueves, 2 de julio de 2009

Benedicto XVI ha inaugurado el Año Sacerdotal


He copiado el inicio de la carta del Papa para la convocación del Año Sacerdotal:

Carta del Sumo Pontífice Benedicto XVI para la convocación de un año sacerdotal con ocasión del 150 aniversario del Dies Natalis del Santo Cura de Ars (http://www.vatican.va/)
Queridos hermanos en el Sacerdocio:

He resuelto convocar oficialmente un “Año Sacerdotal” con ocasión del 150 aniversario del “dies natalis” de Juan María Vianney, el Santo Patrón de todos los párrocos del mundo, que comenzará el viernes 19 de junio de 2009, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús –jornada tradicionalmente dedicada a la oración por la santificación del clero–[1].

Este año desea contribuir a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo, y se concluirá en la misma solemnidad de 2010.

“El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”, repetía con frecuencia el Santo Cura de Ars[2]. Esta conmovedora expresión nos da pie para reconocer con devoción y admiración el inmenso don que suponen los sacerdotes, no sólo para la Iglesia, sino también para la humanidad misma. Tengo presente a todos los presbíteros que con humildad repiten cada día las palabras y los gestos de Cristo a los fieles cristianos y al mundo entero, identificándose con sus pensamientos, deseos y sentimientos, así como con su estilo de vida. ¿Cómo no destacar sus esfuerzos apostólicos, su servicio infatigable y oculto, su caridad que no excluye a nadie? Y ¿qué decir de la fidelidad entusiasta de tantos sacerdotes que, a pesar de las dificultades e incomprensiones, perseveran en su vocación de “amigos de Cristo”, llamados personalmente, elegidos y enviados por Él?"...


Creo que va a ser un año repleto de plegarias y actividades en las parroquias, siempre apoyando a nuestros sacerdotes y recordando a todos los que andan por esos caminos del mundo, llevando la Palabra y el ejemplo de Jesús a todos.

Personalmente creo que he sido una persona privilegiada en cuanto a los curas que han cruzado sus caminos con mi camino vital: a todos debo algo y siempre bueno. Por eso espero que Dios nos de muchos curas santos, buenos guías para este rebaño, que sepan estar presentes en nuestras alegrías y necesidades y que compartan realmente el pan con nosotros. Sólo pido bendiciones para ellos y rezo para que perseveren en su vocación, por el bien de nuestras almas.



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