Reproduzco la triste noticia que llega desde Cuba.
>Al amanecer de hoy, lunes 13 de julio, fue encontrado muerto en una de las habitaciones de la parroquia de Nuestra Señora de Regla, el sacerdote Mariano Arroyo Merino. Los primeros informes indican que el sacerdote, de origen español, fue asesinado.
El padre Mariano Arroyo había nacido el 20 de febrero de 1935, en Cabezón de la Sal , Cantabria. Fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1960. Poco después, en 1962, partió como misionero a Santiago de Chile, donde permaneció hasta 1968. De 1969 a 1979 trabaja nuevamente en Madrid, España, como párroco y formador del Seminario. En 1980 regresó a Chile, y prestó servicio en varias parroquias de la diócesis de Copiapó. El padre Arroyo, quien era Licenciado en filosofía y teología por la Universidad Pontificia de Comillas, y Licenciado en filosofía y letras por la Complutense de Madrid, llegó a La Habana el 19 de enero de 1997. En marzo siguiente el cardenal Jaime Ortega le nombra párroco de Nuestra Señora del Pilar, en La Habana , y en diciembre de 2004, le designa rector y párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, frente a la bahía habanera. Allí permaneció hasta su muerte, desarrollando un intenso trabajo pastoral y desplegando un particular carisma hacia la religiosidad popular y el sincretismo religioso.
Durante su estancia en La Habana había sido también asesor del Movimiento de Trabajadores Cristianos y director del Instituto de ciencias religiosas “Padre Félix Varela”.
Al momento de redactar esta nota está en curso el proceso investigativo.<
>Al amanecer de hoy, lunes 13 de julio, fue encontrado muerto en una de las habitaciones de la parroquia de Nuestra Señora de Regla, el sacerdote Mariano Arroyo Merino. Los primeros informes indican que el sacerdote, de origen español, fue asesinado.
El padre Mariano Arroyo había nacido el 20 de febrero de 1935, en Cabezón de la Sal , Cantabria. Fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1960. Poco después, en 1962, partió como misionero a Santiago de Chile, donde permaneció hasta 1968. De 1969 a 1979 trabaja nuevamente en Madrid, España, como párroco y formador del Seminario. En 1980 regresó a Chile, y prestó servicio en varias parroquias de la diócesis de Copiapó. El padre Arroyo, quien era Licenciado en filosofía y teología por la Universidad Pontificia de Comillas, y Licenciado en filosofía y letras por la Complutense de Madrid, llegó a La Habana el 19 de enero de 1997. En marzo siguiente el cardenal Jaime Ortega le nombra párroco de Nuestra Señora del Pilar, en La Habana , y en diciembre de 2004, le designa rector y párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, frente a la bahía habanera. Allí permaneció hasta su muerte, desarrollando un intenso trabajo pastoral y desplegando un particular carisma hacia la religiosidad popular y el sincretismo religioso.
Durante su estancia en La Habana había sido también asesor del Movimiento de Trabajadores Cristianos y director del Instituto de ciencias religiosas “Padre Félix Varela”.
Al momento de redactar esta nota está en curso el proceso investigativo.<
"Señor recibe a este sacerdote que te ha servido a ti y a nosotros todo el tiempo que estuvo aquí. No dejes de mandar vocaciones pues tu rebaño necesita pastores en un mundo convulsionado y dañado por el odio y la mentira. Abre tus brazos, Señor, y abrázales fuerte, como él abrazó la fe por todos nosotros. Amén."
9 comentarios:
Hoy por la mañana, también supe de este acontecimiento lamentable. Le he encomendado en mis oraciones, también he pedido para que hayan màs sacerdotes, pues estar en su piel es para valientes que se fían de Dios y aman a Cristo con la profundidad requerida en todos los tiempos, especialmente hoy.
Qué triste noticia, Marisela, con la falta que hacen los sacerdotes. Y que pena los tiempos que nos está tocando vivir, pero Dios sabe más y a su misericordia nos acogemos.
Besitos
Totalmente lamentable, pero quizás es parte de lo que se avecina. Persecución y martirología. No queda otra que REZAR.
Off topic:
Querida hermanita; Me gustaría pedirte un favorcito.
Cuando puedas o quieras, me gustaría que entrases y comentases en el blog de un amigo reciente. Está empezando en esto de la blogueria y su bitácora está llena de cosas buenas, seguro, que le animan tus comentarios.
Gracias con el alma.
BESOTES.
¡VAYA DESPISTADO QUE SOY!. Se me olvidó darte su dirección:
http://angelsanchezt.blogspot.com/
BESOS.
Amigos: es triste la noticia por muchas cosas. Porque era un sacerdote que lo dio todo por la gloria de Dios (estoy segura, sin conocerle, que no dejó nada para sí), porque estaba en un país donde hay muchas "falsas apariencias", pues aunque parece que ya la Iglesia tiene su espacio, el gobierno, por lo "bajini", como diría un andaluz, le lava el cerebro al pueblo para que no crea, porque son pocos los obreros y la mies mucha. Pero Jesús nos dio la esperanza que refuerza la fe, la caridad que es símbolo del amor del Padre, así que los mártires serán muchos, pero nosotros rezaremos con más dedicación para que hayan nuevas y grandes vocaciones. Y trabajaremos desde nuestros humildes parroquias y grupos para que así sea.
Arcendo: voy encantada a ver ese nuevo blog, estoy segura de que será un nuevo amigo a incorporar a esta pequeña, pero querida comunidad.
La sangre de un mártir que riega Cuba y que hará germinar muy buena cosecha.
Un saludo.
Que lástima de que después de divertirnos con los chistes se tenga esta noticia, pero "aunque la certeza de morir nos entristece nos da alegría la promesa de la futura inmortalidad" (prefacio de difuntos), porque quien muere por Cristo y con Cristo en el fondo no muere, transforma su forma de vivir. Oramos por el sacerdote Martín, gracias por hacernos llegar esta noticia. Callaran nuestra voz, pero el grito de nuestra fe jamás lo podrán callar.
Palabras muy lindas, Enrique y Roberto, sobre todo por lo que encierran: no podrán ocultar la luz de la fe aunque nos amordacen y maten en la oscuridad, pues la sangre de los mártires regará la tierra para que germinen las semillas de las vocaciones cristianas.
Estamos con todos los sacerdotes del mundo, con los misionesros y con las religiosas que dan sus vidasa los demás.
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