martes, 15 de septiembre de 2009

Servir




Mi ciberamiga Lojeda me da pie para una entrada ya que ha utilizado un poema de Gabriela Mistral, una poeta (o poetisa) que me gusta desde hace mucho tiempo y me encantaría responderle con otro poema de la misma escritora.

Su poema Servir muestra cómo la Naturaleza y el hombre pueden hacerlo de forma sencilla y sin esfuerzos. El poema que voy a poner aquí es la muestra ya más específica de cómo el hombre debe esforzarse en servir a todo y todos, como lo hace Dios.

He aquí el poema en cuestión:

Donde haya un árbol que plantar,

plántalo tú;

donde haya un error que enmendar,

enmiéndalo tú;

donde haya un esfuerzo que todos esquiven,

acéptalo tú.

Hay pequeños servicios:

poner una mesa, ordenar unos libros,

peinar una niña....

El servir no es una forma de seres inferiores:

Dios, que es el fruto y la luz, sirve,

y te pregunta: ¿serviste hoy?






2 comentarios:

lojeda dijo...

Marisela me ha encantado el poema.
Está claro que cuando nacemos Dios nos encomienda muchas tareas que no podemos delegar en nadie para que las haga. Tenemos que ser nosotros, y solamente nosotros, los que hagamos si queremos que las cosas de nuestro alrededor sean viva estampa de la perfección que Dios quiso de ellas al crearlas.
Un beso grande ciberamiga.

Magicomundodecolores dijo...

Efectivamente, amiga mía: Dios nos da los medios y nosotros sólo tenemos que responder. La mayor alegría que se puede sentir te la das tú mismo cuando sirves a los demás, sin cansancio ni lentitudes.
Abrazos