Hoy me he levantado muy tempranito para poder prepararme antes de que llegara mi relevo. Escuché la oración de Vísperas por Radio María (¡benditos sean los que hacen esos programas!), me arreglé y bajé a hacer el cambio. En Huelva no se veía casi nada en las calles por la niebla que se levantó, pero llegué en un plis plás a la Iglesia de la Concepción. Daba emoción al ver tanta gente, porque hoy, además de los que habitualmente van por las mañanas, que son bastantes, habían varias clases de una de las escuelas que tienen las monjas aquí. La verdad es que no estoy segura de cuál era, pero me alegré de ver tantos chicos jóvenes. Ellos fueron los encargados de hacer las lecturas y lo hicieron muy bien. Me gustó mucho la homilía pues el padre les decía que el ayuno no es cosa de adelgazar para estar guapos, que no es cosa del cuerpo, que el ayuno es renunciar a pequeñas cosas que no nos dejan ver las importantes de verdad y, que el botellón es bueno; ¡¡pero el botellón de Jesús!! Tenemos que embriagarnos con sus enseñanzas, con su vida, con su ejemplo, en fin, tenemos que hacer todo el esfuerzo del mundo y ser santos.
Aquí les dejo este vídeo para meditar....
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