FRAGMENTOS DE VIDA EVANGELICA
Creer de corazón y de palabra.
Creer con la cabeza y con las manos.
Negar que el dolor tenga la última palabra.
Arriesgarme a pensar que no estamos definitivamente solos.
Saltar al vacío en vida, de por vida,
y afrontar cada jornada como si Tú estuvieras.
Avanzar a través de la duda.
Atesorar, sin mérito ni garantía,
alguna certidumbre frágil.
Sonreír en la hora sombría con la risa más lúcida que imaginarme pueda.
Porque el Amor habla a su modo,
bendiciendo a los malditos,
acariciando intocables
y desclavando de las cruces a los bienaventurados.
José María R. Olaizola
Este poema-meditación lo he traído de la página de los jesuítas de Castilla: http://www.pastoralsj.org/, muy interesante, por lo que todos estamos invitados a pasar por allí de vez en cuando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario