Felices los que piensan antes de actuar
y rezan antes de pensar,
porque no se turbarán por lo imprevisible.
Felices vosotros si sabéis callar, y ojalá
sonreir cuando se os quita la palabra,
se os contradice,
o cuando os pisan los pies,
porque el Evangelio comienza a penetrar
en vuestro corazón.
en vuestro corazón.
Felices vosotros si sois capaces
de interpretar siempre
con benevolencia las actitudes de los demás,
aún cuando las apariencias sean contrarias.
Pasaréis por ingenuos: es el precio de la caridad.
Felices sobre todo vosotros
si sabéis reconocer al Señor
en todos los que encontráis,
porque entonces habréis hallado la paz
y la verdadera sabiduría.
2 comentarios:
Paz y alegría por estos versos. Un gusto leerte.
Gracias por la visita, su página es muy linda.
Publicar un comentario