Gritemos para que se nos oiga bien alto:
¡Abajo la esclavitud infantil!
Lo he escrito en rojo porque es el color de la sangre derramada por muchos niños hoy, a miles de años de civilización humana. Parece mentira pero es cierto: hay millones de niños esclavos de muchas formas: desde las protitutas adolescentes de Tahilandia hasta los que tiran de un taxi en las calles de Calcuta, pasando por los recogedores de basura de Brasil. Todos son marginados, víctimas de depredadores que se aprovechan de la pobreza, la ignorancia, el analfabetismo y las situaciones de guerra para obligar a los padres a vender a sus hijos, una de las prácticas más aberrantes en las que puede caer el ser humano.
"Los niños nacen para ser felices"
José Martí.
1 comentario:
Saludos marisela, interesante blog, te felicito, se ve que eres una mujer muy entregada a la obra evangelizadora
Bendiciones
Padre Alex
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