jueves, 2 de abril de 2009

Palabras de Vida Eterna.



De la carta mensual (abril 2009) que recibimos los sembradores del APOR, extraigo algunos pasajes. Estas cartas son redactadas por el P. José Mª Casasnovas s.j, de Palma de Mallorca y nos sirven para nuestro apostolado, así que, con su permiso, les hago un resumen:



Palabras de Vida Eterna:



Jesús nos dejó palabras de Vida Eterna en la etapa final de su vida, que debemos recordar siempre pues son las que nos encauzan, nos encaminan, nos iluminan y nos motivan a seguir al Maestro con toda la vehemencia de un discípulo fiel.


1º-En la Última Cena:


Allí Jesús habla con el ejemplo: lavando los pies a sus discípulos. "Os he dado ejemplo para que lo que he hecho con vosotros, lo hagáis el uno con el otro" (Jn 13,15).Esto nos demuestra cómo la humildad debe prevalecer en los cristianos, y nos recuerda el perdón y la misericordia de Dios al lavar los pies de Judas, el traidor.


Nos dejó otra frase: "No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros", con lo cual nos aseguró que nunca estaríamos solos: en la Eucaristía Jesús se nos da para que nos sintamos siempre protegidos, amparados y vivificados de nuevo por su presencia real, divina y alentadora.


2º-En la cruz.


Recordaremos siempre dos frases de Jesús en la cruz: la primera una súplica al Padre, implorando nuestro perdón, "Padre, perdónales, que no saben lo que hacen", frase que nos salva y justifica hasta el fin de los tiempos.


La otra frase es esa con la cual nos dio una Madre: "Mujer, aquí tienes a tu hijo", "Hijo aquí tienes a tu Madre". Con estas frases Jesús sella la alianza total: somos hijos de Dios, de María y por tanto, sus hermanos. Y estamos agradecidos por este regalo.


3ºEl dia de Pascua


Es un día de triunfo, victoria, perdón. Por eso las primera palabras de Jesús serán "Paz con vosotros". En Él encontramos la paz prometida, esa que el mundo no puede dar. Y manda a su Iglesia hasta los confines de la tierra con la misma autoridad conque el Padre le envió a Él (Jn 20,2). Sin olvidarse de dejarnos el fruto de su amor victorioso: el Espíritu Santo.


En estos días de Cuaresma hemos estado preparando nuestros corazones para esperar la Pascua, para esperar el perdón y la justificación que Jesús obtuvo para nosotros con su propia vida. Así, los Sembradores de Esperanza le decimos: Gracias Jesús. Somos las semillas que debemos sembrar a manos llenas: Amor fraterno-Perdón-Paz. Semillas que recogeremos al pie del Sagrario.



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